HERNIAS EN PERROS; TODO LO QUE DEBES SABER

Cualquier enfermedad de un perro debe consultarse con un veterinario. El animal no debe ser "diagnosticado" y auto tratado porque entonces puede resultar dañado. No es diferente en el caso de una hernia, donde entre los primeros síntomas preocupantes hay un bulto visible en el cuerpo del animal cerca del abdomen.

Siempre debes consultarlos con un veterinario, porque en muchos casos puede ser necesaria una intervención quirúrgica, es decir, una operación de hernia. Por lo tanto, es importante saber qué tipos de hernias pueden aparecer en un perro, cómo reconocerlas, cómo es una hernia y cuáles son los métodos para tratarla.

hernias en perros

¿Qué es una hernia en un perro?

La hernia es un bulto, generalmente que aparece en el abdomen. Surge porque, debido a una ruptura en los tegumentos abdominales, el tejido adiposo o incluso algunos órganos internos pueden moverse debajo de la piel. El tamaño de la hernia formada (o, más precisamente, el contenido total de la hernia) dependerá del tamaño de la brecha en los tegumentos.

La situación más peligrosa es cuando los órganos abdominales entran en la piel. Esto puede poner en peligro la vida y genera riesgo de complicaciones, por lo que debe consultarse de inmediato con un especialista. Solo la realización de análisis adecuados, hemogramas completos y un tratamiento adecuado podrán salvar la salud de la mascota.

Una hernia en perros mayores suele surgir como consecuencia de una lesión (por ejemplo, como consecuencia de un accidente de tráfico o como consecuencia de una lesión mecánica de otro origen). La situación es diferente en los cachorros, donde la hernia es en la mayoría de los casos congénita (está determinada por condiciones genéticas). Afortunadamente, este tipo de anomalía congénita en perros jóvenes se puede diagnosticar rápidamente, y es el veterinario quien siempre debe decidir sobre los próximos pasos en el tratamiento.

¿Cuáles son los síntomas de una hernia en un perro?

Desafortunadamente, los síntomas de una hernia no son exclusivos de una enfermedad, por lo que a veces es difícil (especialmente al principio) reconocerla. Por eso es tan importante no diagnosticar al perro por tu cuenta, sin consultar a un veterinario, para no poner en riesgo la vida de tu perro.

Cuando se trata de síntomas específicos, incluyen el bulto en el cuerpo del animal mencionado en la introducción (ubicado en el abdomen o en el área de la ingle), pero también: tos, dificultad para respirar, salivación y vómitos. El perro también comienza a sufrir de falta de apetito y debilidad general.

Tipos de hernia en perros

Vale la pena saber que la enfermedad descrita anteriormente (hernia abdominal) es solo un tipo de hernia y se pueden distinguir varios tipos en perros. Estos son:

Hernia abdominal

Aparece con mayor frecuencia en el cuerpo de un perro como resultado de una lesión. La hernia abdominal de un perro se puede ver en la región del antebrazo (en el abdomen) o en los lados del torso.

Hernia umbilical en un perro (cachorro)

En un perro joven, la hernia umbilical puede desarrollarse en las primeras semanas de vida y aparece en el lugar donde se encontraba el cordón umbilical. Una hernia umbilical en un cachorro cerca del ombligo puede no ser grave. A veces se resuelve solo con aplicar una ligera presión. Esto sucede antes de que el perro tenga un año. Sin embargo, cuando la hernia de un perro persiste, cuando el perro es mayor, debe ser tratada con cirugía.

Hernia inguinal en un perro

Ocurre como resultado del aumento de la presión en la cavidad abdominal (causado, por ejemplo, por el estreñimiento). La hinchazón (una protuberancia en el cuerpo) aparece en la depresión entre el lado posterior de la parte inferior del abdomen y la superficie interna de la parte superior del muslo.

Con el tiempo, el cambio en el cuerpo se vuelve más y más grande. Para curar una hernia inguinal, debes consultar a un veterinario lo antes posible. En un perro, una hernia inguinal debe tratarse en la mayoría de los casos con cirugía.

Hernia perineal en un perro

Cuando se presenta este tipo de hernia en un perro, sus síntomas deben ser contrarrestados muy rápidamente, los cuales pueden verse como una hinchazón perineal en uno o ambos lados. El tiempo de reacción adecuado es muy importante aquí. En un perro, una hernia perineal cerca del ano puede provocar problemas para defecar y orinar.

Hernia femoral

Ocurre muy raramente en perros, generalmente después de una lesión. La hernia de un perro ocurre cuando los órganos internos o algún tejido graso pasan a través del canal femoral.

Hernia escrotal

Ocurre muy raramente y las razones de su formación no se comprenden completamente. Con este tipo de enfermedad, parte del intestino pasa de la cavidad abdominal al escroto.

Hernia en perros: ¿cuál es el tratamiento?

Cuando la hernia muestra los primeros síntomas inquietantes en el perro, es necesario contactar a un especialista. En la mayoría de los casos, el tratamiento se basará en la cirugía de la hernia, ya que será la única forma de afrontar este problema. Como con cualquier otra cirugía, ésta puede estar asociada con el riesgo de complicaciones. Por eso es muy importante elegir una clínica veterinaria buena y probada, una en la que el animal reciba atención profesional.

La cirugía de hernia, independientemente de su tipo, implica un procedimiento similar. Consiste en restaurar la posición correcta de los tejidos en la hernia y luego cerrar la fisura en los tegumentos abdominales. Cada operación, según el caso y el tipo de enfermedad (y su evolución), puede tener un nivel de complejidad diferente. La operación será mucho más exigente cuando se produzca isquemia abdominal, en la cual será necesario extirpar los tejidos cambiados en la hernia.

Después de realizar las actividades de tratamiento, será necesario un cuidado postoperatorio adecuado, el cual implica que el perro permanezca tranquilo y tenga tiempo para recuperarse, ya que solo así podrá tener una recuperación satisfactoria.

Durante este período, necesitará una dieta adecuada y tomar medicamentos. El animal también debe llevar un collar especial que le impida morder y lamer los puntos y la herida quirúrgica. Una hernia en un perro requerirá que el animal sea llevado a visitas de seguimiento, descontaminación de heridas y cambios de vendaje después de la cirugía.

El cuidado adecuado después de la cirugía es tan importante como la operación misma, porque si se lleva a cabo con cuidado, reduce el riesgo de complicaciones. Gracias al adecuado proceso de convalecencia (de acuerdo con las indicaciones del veterinario), el perro no se despegará de los bordes de la herida ni se infectará. También evitará que la hernia se repita en tu mascota.

Una hernia en un perro siempre necesita ser revisada por un especialista

Independientemente de la causa de la hernia en tu mascota (es decir, si fue causada por un accidente de tráfico o genética), la hernia de un perro se manifiesta de diferentes maneras y nunca puede ser ignorada. Dejar una hernia sin tratar, y peor aún sin operar, puede poner en peligro la salud e incluso la vida de un perro, ya que se convierte en una dolencia grave en muchos casos.

Por lo tanto, cuando notes algún cambio molesto en tu mascota, debes consultar a un veterinario de inmediato. Tomar medidas por tu cuenta en caso de una hernia en un perro no mejorará su salud, por el contrario, puede perjudicarla aún más.

Como puedes ver, una hernia en un perro de casi todos los tipos requiere una intervención quirúrgica, aunque algunos tipos de esta afección son más graves que otros. Por lo tanto, cuando veas una nueva protuberancia en el cuerpo de tu mascota, no la ignores porque la continuidad de la pared muscular podría estar rota.

Vale la pena recordar que cuanto antes comience el tratamiento, mejor. La operación de una hernia ya avanzada irá asociada a un riesgo mucho mayor que si la misma se opera en su etapa inicial.

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